
Bajo este concepto, cualquier aplicación se puede "cloudify", incluyendo sistemas operativos, como es el caso de Windows, de acuerdo a lo que indica Osman Kent, fundador y CEO de la empresa.
En términos simples, la aplicación que ha sido subida a la nube y “nubetizada”, descarga temporalmente fragmentos de la aplicación (instrucciones) y los ejecuta en el dispositivo, prediciendo que partes de la aplicación serían necesarias.
Si tiene éxito, podría ser un cambio importante dentro del software empresarial, el licenciamiento, los videojuegos y las aplicaciones para teléfonos inteligentes.
Por el momento, Red Hat ha apostado en ellos, y se ha asociado con NUMECENT para incorporar la esta tecnología en sus servidores Linux.
Veremos que pasa en el futuro cercano.
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