lunes, junio 22, 2009

Perturbación a Domicilio


Acabo de recibir un llamado telefónico de un número desconocido. Por curiosidad y deferencia contesté y escuché la voz dulce de una señorita que se presenta amablemente para ofrecerme un servicio de seguro de salud. Seguramente mi información estaba dentro de sus bases de datos, donde después de alguna acuciosa segmentación, aparecí como sujeto interesante para venderle el producto o servicio en cuestión a través de esta modalidad que los entendidos llaman "telemarketing".

Hasta aquí, creo que todos nosotros hemos recibido este tipo de llamadas, sobre todo cuando se trata de algún intangible, como ocurre con los seguros. Nada extraño en un país donde han proliferado este tipo de campañas de mercadotecnia que han ido trastocando sistemáticamente nuestras vidas. Lo curioso del caso, es que en esta oportunidad la llamada provenía de la misma institución en donde yo he tenido contratado mi seguro de salud durante muchos años.

Al hacerle notar la equivocación, la confundida señorita exclamó ¡Que raro, Ud. me aparece en mi listado! ¿Y lleva mucho tiempo con nosotros? (seguramente mi respuesta no estaba considerada dentro del libreto que manejan estas empresas de venta telefónica). Después de responderle afirmativamente, se despidió amablemente y yo volví a mi rutina diaria.

Sin embargo, esto que aparece en una primera instancia como algo curioso, me ha pasado varias veces antes, ya sea con bancos, previsión y seguros. Esta situación ilustra una vez más las deficiencias de las empresas, que más que una actitud proactiva para elevar las ventas, produce el efecto contrario en los clientes que se han mantenido "fieles" a ellos.

Este tipo de situaciones ocurren principalmente por falta de integración dentro de las empresas, donde existen "expertos" en "inteligencia de negocios" que ocupan información, no necesariamente corporativa o actualizada, produciendo este tipo de incidentes.

Sin embargo, aun cuando siempre es contraproducente este tipo de errores, sobre todo para los sectores de venta intangible y en muchos casos con productos que ojalá nunca lleguemos a ocupar (salud, seguros), el punto de fondo de este cuestionamiento va a lo siguiente:

En general molesta la irrupción de este tipo de campañas en ámbitos que dejan ser "públicos", como podría ser el caso de las labores profesionales. La interferencia llega directamente a nuestros hogares, a cualquier hora y en cualquier día. Normalmente se presentan en forma muy amable, y una vez que les queda claro que no queremos su producto, cortan el teléfono sin decir "agua va", quedándonos con una sensación de impotencia ante lo mal educados que pueden llegar a ser.

Pero lo más importante de estas tácticas de convencimiento telefónico viene por el lado de la información. A mí en particular, me llama mucho la atención como estas empresas consiguen los datos para realizar sus "campañas". Normalmente estamos hablando de información privada, y no me refiero al nombre o al domicilio que se puede buscar en la guía telefónica (no es mi caso, ya que tengo número privado, pero igual me llaman), sino que en muchos casos conocen en que plan de la Isapre se está, cuanto se está cotizando, en que bancos tenemos cuentas corrientes, cual es la patente de mi auto y así suma y sigue.

En realidad, seguramente no tenemos idea que información personal y privada se encuentra en manos de estas empresas. Esto que estoy comentado no es un tema nuevo, se ha discutido ampliamente en muchos sectores, durante mucho tiempo. Lamentablemente sigue ocurriendo sin un control aparente.

En definitiva, estas situaciones ocurren básicamente por una legislación que no es capaz de controlar la proliferación de bases de datos que se ofrecen en el mercado, la existencia de personas o empresas que no tienen ningún cuestionamiento para ocupar esta información sin preguntar de donde proviene y cuáles fueron los métodos de obtención, la falta de control de los organismos que quizás puedan hacer algo y nuestra pasividad e ignorancia respecto a estos temas. Ojalá podamos contar pronto con normas como ocurre en otros paises.

Mientras tanto, yo pienso volver a cambiar el número de teléfono de mi departamento, antes que empiece la campaña política.

1 comentario:

Gabriel Bunster dijo...

Estoy contigo.